dilluns, 18 de maig del 2020

Si llego a saber lo que me iba a pasar, no salgo

Después de ponerme la mascarilla en casa, salí a la calle acompañado de mi hermana y de mi padre. Al llegar a la calle nos dirigimos al bosque de al lado de mi casa a jugar con el coche teledirigido.


Mi padre me dijo de ir a otro sitio más grande y yo fui a mirar pero no había. Al volver sentí un fuerte dolor en la espalda y avisé a mi padre, el cual me dijo que me quitara la camiseta rápidamente porque tenía una abeja por dentro de la camiseta. Como podéis ver la abeja me picó hasta cinco veces en la espalda y es una experiencia que yo no recomendaría a nadie y que yo no la quiero volver a repetir. Con mis cinco picadas me fui a casa y mi padre se fue a la farmacia a comprar medicamentos.


Al día siguiente ya estaba mucho mejor, fue una vivencia mala pero ya sé que no soy alérgico al veneno de las abejas.

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